Cómo hacer tu propia pizza casera

¿A quién no le gusta una buena pizza casera? En La Zarola te enseñamos la receta de una pizza casera ‘rústica’ paso a paso, desde la elaboración de la masa hasta la elección de un relleno diferente. Después de esto, nunca volverás a mirar igual las pizzas congeladas del supermercado.

Ingredientes

Masa:

  • Medio kilo de harina panadera o de fuerza
  • 12 gramos de sal
  • 5 gramos de azúcar
  • 10 gramos de levadura fresca de panadería
  • 325 ml de agua
  • 50 gr de mantequilla

Relleno:

  • 600 gramos de tomates cherry de colores
  • 100 gramos de requesón
  • Tomillo
  • Orégano
  • Sal Maldon
  • Aceite de Oliva Virgen Extra

Preparación

Una de las cosas más importantes para hacer una buena pizza casera es la masa. Por eso vamos a prestar especial atención a cómo elaborar esta parte de la receta que marcará la diferencia entre una pizza aceptable o una pizza casera asombrosa.

El primer paso es mezclar la harina con la levadura disolviéndola con los dedos, añadir el agua y a los dos minutos echar la sal y después la mantequilla. Volcamos la masa sobre la encimera de la cocina ligeramente enharinada, amasamos durante unos 10 minutos hasta que la masa quede homogénea, tersa y elástica. Hacemos una bola y dejamos reposar unas 2 horas.

Dividimos la masa en dos y hacemos dos bolas iguales. Las ponemos en una bandeja, las tapamos con un paño y las dejamos crecer hasta que dupliquen su tamaño. A continuación cogemos las bolas y las vamos estirando una a una con un rodillo.

Una vez hecha la masa, las opciones para el relleno son tan amplias como el alcance de nuestra imaginación. Pero hoy vamos a optar por una ‘pizza rústica’ con el tomate y el requesón como ingredientes principales.

Lavamos y cortamos los tomates cherry por la mitad y los salteamos ligeramente en una sartén con un poquito de aceite de oliva. Aunque luego se vayan a cocinar en el horno, este paso es importante para que suelten el agua antes de colocarlos sobre la pizza.

Cubrimos con los cherry las masas de pizza. Con un pincel empapado en aceite de oliva, pintamos los bordes.

Las horneamos en una bandeja con papel vegetal, 15 minutos a 270º. Eso sí, vigilad en todo momento que no se quemen, ya que el tiempo siempre es aproximado y depende de cada horno.

Una vez horneada la pizza, repartimos el requesón desmigado por la misma y decoramos con el tomillo, un poco de sal Maldon y, si nos apetece, podemos añadirle algún aceite especiado o un poco de picante, al gusto de cada uno.

¡Olvídate de masas congeladas y sorprende a todo el mundo con una sabrosa pizza casera!

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